Invitar a leer leyendo e intervenir con el silencio en el bullicio de la calle son algunos de los primeros objetivos trazados por esta acción que inició sus jornadas en las montañas de Chía (Cundinamarca – Colombia) en febrero de 2015.

 

Para comenzar con esta la travesía, la agrupación Saraswati (ahora rebautizada Compañía de Artes Verbales Mora Celeste), convocó a algunas personas para seleccionar (cada una) una obra literaria de cualquier género que hubiese sido determinante en su vida, con el propósito de portarla en una caminata hasta las montañas de Chía (Cundinamarca), en una suerte de ritual que permitiera honrar la acción de leer literatura y esa posibilidad de ampliación del mundo que otorga.

 

La caminata contemplativa de unas cuantas mujeres finaliza en lo alto de la montaña, aquel día, con el silencio compartido de la lectura y una posterior conservación sobre lo que había implicado para cada una el recorrido y la experiencia lectora.

Primera Jornada Al Aire Libro – febrero de 2015

Durante los días siguientes, en febrero de 2015, se propuso realizar la acción Al Aire Libro en un sector muy concurrido y agitado de Bogotá: La Carrera Séptima, pues la búsqueda estaba en la irrupción del silencio, derivado del acto íntimo de leer, en espacios públicos y bulliciosos. La acción poética colectiva, entendida como acto conjunto que busca alterar prácticas cotidianas y posibilitar la emergencia de experiencias disímiles, se propuso a unos cuantos jóvenes, estudiantes de creación literaria, con quienes se ocupó un pequeño espacio en un andén de la Cra. Séptima en Bogotá, convirtiéndolo, de manera repentina en sala de lectura, por un instante. 

 Segunda Jornada local AL AIRE LIBRO— Inicios de marzo de 2015

Ante el paso asombrado de transeúntes, la acción cobró otros matices: el contraste entre la pausada acción de lectura con la velocidad de la ciudad, entre el silencio y el ruido, entre la concentración y la distorsión que implica leer en un espacio concurrido.

En junio del mismo año se convocó a una nueva jornada, esta vez con colectivos literarios amigos que se fueron sumando a esta intervención en la que los asistentes pasan suave y silenciosamente entre el bullicio de la calle para sembrar tejidos de palabra y compartir esa experiencia íntima e individual de la lectura en el espacio público.

La Biblioteca Nacional de Colombia tomó y publicó algunas fotografías de esta intervención en las redes sociales, lo cual provocó que en muchos lugares de Colombia y el mundo manifestaran el deseo de replicar esta acción en sus territorios. Ante ello, la Compañía de Artes Verbales Mora Celeste creó una partitura, un breve y sugerente instructivo para llevar a cabo esta acción colectiva en otras ciudades y poblaciones.

Surgió allí la idea de realizar una jornada en simultánea que se denominó I Jornada Mundial Al Aire Libro. De esa manera, la acción poética colectiva se llevó a cabo en una misma fecha en Bogotá y más de 160 ciudades y poblaciones de 23 países América y Europa en agosto de 2015. Esta primera avanzada global posibilitó la creación de una red mundial de organizadores de las jornadas de lectura en espacios no convencionales, Al Aire Libro.

La diversidad de espacios y contextos en los que desde la primera jornada mundial se realizó esta acción poética, enriqueció y nutrió la experiencia. En algunos lugares se crearon pequeños colectivos de personas particulares, escritores y artistas para llevar a cabo la acción, se unieron también muchas bibliotecas en el mundo para disponer libros en espacios públicos (plazas, calles, parques), organizaciones gubernamentales de países como Uruguay y Ecuador, librerías, centros educativos y clubes de lectura.

Fotografía de Juan Merchán – primera jornada mundial en Bogotá – Agosto de 2015

Realizar la acción poética y de intervención de manera simultánea en tantos lugares del mundo dio a los grupos de lectores una motivación adicional: leer cada uno y juntos para celebrar el acto de leer literatura sin que importara la distancia. De esta manera, en Bogotá se congregaron alrededor de 500 personas durante la jornada en la Carrera Séptima de Bogotá.